Clan Angelini, Pedro Ibáñez y LarrainVial se suman a fundación de apoyo a la educación
La institución Niños Primero –liderada por Matías Claro y su señora Anne Traub- partió en el año 2016 con 25 niños que viven en contextos vulnerables, y está llegando actualmente a más de 1.350 familias en 21 comunas de Chile.
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Un 29% de la población hacinada en el país son niños, según un estudio de Idea País; el 30% de los infantes de cero a cinco años vive en situación de pobreza multidimensional, lo que sitúa al país entre los ocho con mayor pobreza infantil entre los 36 miembros de la OCDE. Esta compleja realidad -que golpea a niños y niñas, especialmente en la etapa más álgida de la pandemia- ha motivado a un grupo de empresarios y de compañías a sumar apoyos para el primer programa remoto de acompañamiento, educación temprana y contención emocional implementado en el país, y que es desarrollado por la Fundación Niños Primero.
La institución fue creada por Matías Claro (vicepresidente de Sofofa y gerente general del Grupo Prisma) y su señora Anne Traub. Partió en 2016 con 25 niños y este año la fundación está llegando a más de 1.350 familias en 21 comunas de Chile, con el objetivo de seguir acompañando y contribuyendo a la educación temprana de niños y familias que viven en contextos vulnerables.
Presidente de Fundación Careno y de Arauco.
Hasta marzo de este año, la entidad atendía a los niños y sus familias a partir de un modelo de educación temprana domiciliaria, que consideraba dos sesiones semanales con monitoras especializadas en sus casas además de la entrega de material educativo. No obstante, la llegada del Covid-19 los hizo transformar su modelo a uno mixto, donde las sesiones se realizan de manera telefónica por 20 semanas y el material educativo sigue entregándose de forma presencial.
Para dar inicio a esta transformación contaron con el apoyo de los empresarios Jorge Claro, Juan Cúneo (a través de Fundación Liguria), Patricia Matte (por medio de Fundación Olivo), la familia Del Río Silva, encabezada por José Luis del Río y del empresario agrícola Jorge Schmidt.
Además, la fundación se acaba de adjudicar dos fondos: uno en el marco de las iniciativas “Chile Compromiso de Todos 2020” del Ministerio de Desarrollo Social y Familia para llevar el programa a las comunas de Fresia y Calbuco, en la Región de Los Lagos, y el Fondo Concursable LarrainVial 2020.
Junto a esto, se sumaron nuevos aportantes: la Fundación Careno (creada por la fallecida viuda de Anacleto Angelini, María Noseda Zambra, institución que es liderada por Manuel Bezanilla, presidente de Arauco), el empresario Pedro Ibáñez e hijos, y las compañías Caleta Bay, Cecinas Llanquihue, Colbún, Transelec y Kura Biotec, ligada a Manuel Rozas. Todos aportaron con financiamiento del programa para 345 familias en Panquehue, Cerro Navia, Lampa, Puerto Montt, Llanquihue, Frutillar, Colonia Río Sur, Isla Tenglo, Lago Ranco y Cochamó, que se iniciará en julio en todas estas localidades.
Adicionalmente, en la comuna de Puerto Aysén, el empresario Horacio Pavez García sumó esfuerzos para llegar a 50 niños y en la comuna de Galvarino, la tercera con mayor pobreza multidimensional en Chile, Desafío Levantemos Chile sumó aportes para llegar a 50 niños con este programa de educación temprana. El total de donaciones comprometidas supera los $ 310 millones.
“Si queremos avanzar hacia una sociedad con menos desigualdad debemos invertir en educación inicial, pues es allí donde se generan las grandes brechas no sólo cognitivas sino también socioemocionales. Por eso, estamos muy agradecidos de todas aquellas familias y empresas que creen en que los cambios para una mejor sociedad parten en la primera infancia y que es allí donde debemos poner nuestros esfuerzos”, destacó Matías Claro.
Recordó que el reciente reporte publicado por la ONU acerca del impacto del Covid-19 sobre los niños, arrojó que los más perjudicados son aquellos que viven en barrios marginales y en contexto de vulnerabilidad.
“Esto nos llevó a transformar el programa inicial, pasando desde el trabajo domiciliario presencial a sesiones de videollamadas madre-hijo dos veces por semana, de modo de poder entrar a las casas y resguardar a esos niños durante la pandemia. La respuesta ha sido muy positiva, las familias están felices porque se sienten acompañadas en esta crisis a la vez que los niños están aprendiendo”, afirmó.
El modelo está basado en uno probado en Estados Unidos por 60 años, el que según la fundación genera efectos concretos, como mejores resultados en las pruebas estandarizadas tipo SIMCE y disminución de 30% en la deserción escolar.